El Palacio de la Gobernación de Caldas

Está cumpliendo cien años este hermoso edificio construido después del pavoroso incendio de 1925; se levantó con la imaginación de extraordinarios ingenieros, arquitectos y artistas interesados en darle a Manizales y al departamento esta joya de la llamada Arquitectura Republicana. La construcción del nuevo palacio se realizó en el mismo sitio que ocupó el Palacio de Gobierno consumido por el incendio del 3 de julio de 1925. El diseño es del arquitecto John Vawter, jefe de la Casa Ullen & Co. De acuerdo con el arquitecto Jorge Enrique Esguerra (Esguerra, 1997):

Se concibió en concreto armado, con muros de cerramiento en mampostería de bloques de cemento y divisiones interiores de bahareque encementado. Es una construcción realmente amplia y cómoda donde las oficinas y una gran sala de Asambleas están organizadas en claustro sobre un holgado jardín interior. Su diseño destaca el acceso mediante un gran pórtico en arco de doble altura que se relaciona frontalmente con la Plaza de Bolívar; así, crea una franca relación entre el espacio público, el recibo y el patio-jardín interior y es también el núcleo que engrana las circulaciones verticales. Todo este conjunto es la mayor y más elaborada articulación espacial de todos los edificios públicos y privados de Manizales en aquella época, y si le agregamos los profusos revestimientos decorativos, evidenciamos que allí se trató de plasmar lo mejor de la escenografía arquitectónica de la ciudad.

Fotografía de Carlos Pineda

En la ciudad había crisis de oficinas y ante la escasez de espacios para la administración departamental, numerosos funcionarios se instalaban en el edificio en la medida en que iban adecuando los locales, por esta razón los maestros de obra, albañiles y carpinteros trabajaban contra el tiempo; mientras tanto los decoradores continuaban con la tarea de embellecer las paredes, columnas, arcos y cielos rasos.

Cuando empezó la decoración del edificio la entrada estaba controlada para que el patio central no se llenara de curiosos y, como consecuencia, aumentaba la expectativa y los deseos de conocer el avance de la ornamentación. Solo podían ingresar los funcionarios y empleados de la institución, los maestros de obra, albañiles, carpinteros, ebanistas y decoradores. Pero el 16 de marzo de 1929 circuló una preocupante noticia por toda la ciudad: que en el taller de carpintería de la gobernación había sido encontrada una bomba explosiva. El pánico fue terrible. Aumentaron el chisme, el fisgoneo y los rumores. Decían que los policías habían detenido a varios trabajadores de la carpintería y que la bomba era del tamaño de un aguacate.

El director de La Voz de Caldas envió a sus periodistas para que investigaran y descubrieron que, entrando al edificio, frente a la oficina de la Recaudación de la Renta de Tabaco, un carpintero recogió del piso un fulminante con un cable que parecía un taco de dinamita, lo mostró a los compañeros y los rumores transformaron el fulminante en una bomba del tamaño de un aguacate. Siguieron indagando y descubrieron que la gerencia de la Renta de Licores había despachado una caja de fulminantes para algunos trabajos en el Zacatín de Manzanares y, seguramente, alguno se había caído al piso. De este modo surgió la inquietante noticia que se extendió por toda la ciudad (La Voz de Caldas, marzo 16, 1929).

Para más información, escuchar audio bajo la primera imagen.

Fuentes:

  • Esguerra, Jorge Enrique (1997). Construcción de una nueva imagen de prosperidad 1905-1935. En: M. Santander & J. Arango. Arquitectura Republicana en Manizales. Editorial Nomos, Bogotá.
  • Periódico La Voz de Caldas. Director: Eudoro Galarza Ossa. 16 de marzo, 1929.

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