
Los empresarios con la “pata al suelo” son aquellos arrieros que consiguieron dinero arriando recuas de mulas y bueyes hasta transformarse en hombres de empresa que amasaron medianas y grandes fortunas. Veamos algunos de estos personajes:
Juan Antonio Toro Uribe
Nació en Sonsón el 24 de mayo de 1862 y murió en Manizales el 15 de agosto de 1951; llegó a esta población en 1876 y se vinculó a la arriería al lado de su padre, don Pedro Toro Mejía, manejando recuas de mulas y bueyes, por los caminos de Manizales a Cartago, Medellín y Honda. Después de algunos años en el oficio se fue para Bogotá y estudió la educación secundaria en el colegio San Bartolomé, después ingresó a la Universidad Nacional y obtuvo el título de Doctor en Medicina en 1889.
Este año se casó con doña Emilia Villegas Jaramillo, hija del doctor Ignacio Villegas y de doña Rosario Jaramillo. Algún tiempo después viajó a París para realizar una especialización que era el sueño de los médicos de la época; de regreso se radicó en Manizales donde realizó numerosas publicaciones sobre higiene pública y prevención de las enfermedades. En 1928 publicó la obra Apuntaciones Higiénicas; al respecto escribió que “Este libro es una divulgación científica de grandes descubrimientos y conquistas médico-higiénicas y está formado por una serie de artículos que publiqué, en no lejana ocasión, en diarios y revistas”.
La arriería le dio el capital para realizar los estudios académicos, pero, además, fue comerciante, hacendado, colonizador de tierras frías, templadas y cálidas y fundador de industrias que lograron prosperidad. Construyó edificios para viviendas y fábricas sin temor a la crisis económica.
Félix, Diego, Tiberio y Emiliano Estrada Botero
Los hermanos Estrada provienen del patriarca aguadeño, Rafael Estrada Henao, nacido en 1824 y muerto en 1901, en su finca de Pore; se casó con Ana María Botero Londoño de Sonsón y se vincularon al proceso de colonización de Aguadas impulsando la economía ganadera.
Tuvieron numerosos hijos: Marciana, Julia, Félix, Pastora, Manuel Tiberio, Rafael, Jesús María, Mercedes, María Josefa, Narciso, Luciano, Victoriana, Pedro Antonio, Marco A., Tomás, Emiliano y Diego.
Entre estos se destaca don Félix, el cual se casó con la señora Mercedes Domínguez y tuvieron 18 hijos; como descendientes de la élite colonizadora de Aguadas heredaron algunas fincas dedicadas a la explotación ganadera, logrando éxitos en esta actividad.
En 1911 emigraron a Manizales, ciudad que se perfilaba pujante corno intermediaria comercial y centro cafetero, aquí adquirió don Félix algunas fincas, lo mismo que en Neira y continuó con su vocación ganadera.
En 1915, en compañía de sus hermanos Diego, Tiberio y Emiliano, al observar que Manizales se estaba convirtiendo en ciudad comercial por su vinculación con el río Magdalena, Medellín y Cali, deciden convertirse en empresarios de la arriería de bueyes transportando el café a Honda y trayendo en viaje de regreso las mercancías que venían del extranjero por el río Magdalena, para ser distribuidas en el mercado de Manizales y pueblos vecinos.
Los cuatro hermanos Estrada tuvieron cientos de bueyes preparados en sus propias fincas y adquiridos en las ferias ganaderas de Manizales, se especializaron en la formación de grandes recuas de aproximadamente 50 bueyes cada una, enviando por separado una recua con café a Honda y haciendo el viaje redondo regresando con mercancías para el comercio de la plaza de Manizales; al mismo tiempo preparaban nuevas recuas, de modo que siempre y en todo momento, estos empresarios de arriería tenían una o más recuas en el camino del Magdalena.
Entre los hermanos Estrada, don Félix poseía el mayor número de bueyes; tenía en su casa del parque de Caldas un solar grande donde se podía aperar una recua de 50 bueyes, dirigidos por un caporal, cuatro arrieros y el sangrero.
Las razones para que se especializaran en arriería de bueyes estriban en que con estos animales se podía transportar cargas más pesadas corno calderas, motores, partes de las torres para el cable aéreo, cables, pianos, estatuas, y en esta actividad los Estrada eran los mejores empresarios del transporte utilizando la parihuela para dos bueyes o cuatro si la carga lo exigía; para estos casos don Félix contaba con magníficos caporales entre los cuales se destacó Jesús María Giraldo a, y con un puñado de atrevidos y baquianos arrieros entre los que descolló Francisco Antonio Echeverri, «Cotoño».
Además, los bueyes resistían mejor que las mulas las inclemencias del clima en el páramo y eran lo suficientemente fuertes para salir de los pantanos y trepar la tenebrosa falda de La Moravia, de caminos estrechos con profundos canalones.
Mientras los cuatro hermanos se convertían en los más fuertes empresarios de arriería por los caminos de Aguacatal o de La Elvira y por La Moravia hacia Mariquita y Honda, otro hermano, Tomás, se especializa en el transporte de mercancías en viajes redondos de Aguadas a Medellín transportando café en ruta de ida y abarrotes en el regreso, para satisfacer el comercio de Aguadas, Pácora y Salamina.
Paralelo a la arriería los Estrada continuaron su vocación ganadera, actividad en la cual sobresalió don Félix quien adquirió entre otras las siguientes propiedades: En el municipio de Neira las fincas Albania, La Miranda, Cuba, San José, La Pelada, Santa Inés; por la vía hacia Pirineos, El Pindo, Hoyo Frío, La Quiebra, Buenos Aires, La Rocallosa, San Martín, La Lorena, la Esperanza, El Tablazo, La Palmera, La Plancha, San Pablo y El Mamey.
Cuando el sistema de cables aéreos desplazó al transporte de mulas y bueyes, los Estrada se dedicaron con mayor entusiasmo a las actividades ganaderas y en esta actividad don Félix se orientó a montar fincas en Victoria y La Dorada siguiendo las-huellas de Francisco Jaramillo Ochoa. En Victoria, hacia el río Doña Juana, organizó las inmensas haciendas ganaderas de Andorra, El Rubí, Mil Pesos, Colombia, La Lorena, El Morro, Asturias y El Otoño o Lavaderos; después se dirigió a La Dorada y le compró a Francisco Jaramillo Ochoa, la hacienda La Venturosa, de más de 2.000 hectáreas.
Mientras don Félix se orientaba hacia las haciendas ganaderas, su hermano Diego seguía su ejemplo explotando fincas de ganado en Villamaría y Manizales, entre las cuales se cuentan El Tirol, El Parnaso, La Albania, Río Claro, El Retiro, La América y Verdún. Paralelo con estas actividades se vinculó al comercio organizando el almacén «Diego Estrada y Compañía».
Los otros hermanos Estrada, Emiliano y Tiberio, se dedicaron también a la ganadería como principal actividad, pero sin alcanzar los niveles logrados por Félix y Diego.
De este modo se había formado la fortuna de los hermanos Estrada Botero con base en la arriería y en la explotación ganadera, y sus nombres fueron citados con orgullo por la generación de manizaleños que los vieron transformarse en los más grandes empresarios de arriería de bueyes del país, coadyuvando al desarrollo comercial de Manizales (…).
Aquí presenté algunos ejemplos de arrieros visibles en esta parte del sur de Antioquia; la arriería fue importante en el proceso de acumulación de capital porque además de haber contribuido a amasar grandes fortunas, permitió el ascenso social de arrieros que, con dos o tres mulas o bueyes de carga, fueron acrecentando sus recuas por los excedentes que dejaba el acarreo de la mercancía.
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Excelente artículo! Quedamos perfectamente enterados de tan exitosa carrera de arrieros! Felicitaciones 🎉🤗❤️
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