LA LENGUA DEL CULEBRERO

Estos personajes cautivaban multitudes en las plazas de nuestras aldeas y pueblos, durante buena parte del siglo XX. Muchas de estas narraciones fueron recogidas por escritores dedicados al folclor y al costumbrismo, como Benjamín Ángel Maya, en Pelsascan (peluquería, sastrería y cantina); Agustín Jaramillo, en Testamento del Paisa; Rafael Arango Villegas, en varios cuentos; Arturo Escobar Uribe, en Rezadores y ayudados; Juan Bautista López, en su obra de Salamina, y muchos otros. 

Para entender los relatos nos podemos ubicar en cualquier aldea, caserío, pueblo o ciudad, de Antioquia, del viejo Caldas o norte del Valle del Cauca, entre 1905 y 1970 ; llegaban uno o dos personajes con ropa estrafalaria, sombrero alón, larga cabellera y collares al cuello; instalaban una lona en el piso y aquí acomodaban un montón de productos pintorescos: semillas de pino, para aliviar los pies; chochos, para curar el hígado; palo de la Cruz, para las heridas; palo de arco, para adivinar el futuro y curar el cáncer; cáscara de quina, para los fríos y fiebres; astillas de cuasia, para aliviar el hígado y quitar las manchas de la piel; bejucos de guaco, para protegerse de las mordeduras de serpientes; esponjilla, para curar la sinusitis; cáscaras de granado, para curar la diarrea; flores de manzanilla, para los desarreglos estomacales; hojas de coca, para los nervios; alcachofa, para el hígado; hojas de belladona, para los nervios, asma, laringitis y cólicos hepáticos; pelos de chócolo, para los riñones; raíces de ipecacuana, como expectorante; corteza de naranja agria, para el hígado y los cólicos; raíz de ruibarbo, para cicatrizar las heridas; flores de tilo, para el dolor de cabeza y la indigestión; dientes de ajo, para librarse de las amebas; leche de higuerón, como purgante; congolos ojo de venado, para llevar en el carriel o en el bolsillo; una concha de gurre, algunas patas de conejo y la piel de varias serpientes. Además de los culebreros y curanderos llegaban los vendedores de jabones, de específicos y de productos de reconocidos laboratorios, quienes no formulaban, por lo regular, pero entregaban los artículos utilizando un discurso que cautivaba; como en el siguiente caso:

Señoras y señores: de Francia y como obsequio de los laboratorios de ese país, he traído a esta población el magnífico producto del mar que hoy les vengo a entregar o mejor dicho a regalar. Porque hoy en día, como están las cosas nadie hace un favor, todo mundo anda buscando la manera de pegarle la puñalada marranera a uno […] Hoy en día hay que andar con cuatro ojos, sacándole el juste a los pícaros, vivos y vividores […]

Miren señores, hoy vengo entregando este bacalao, por solo 20 pesos nada más, eso hoy en día no es nada y a mí me sirven para muy poco, porque el esfuerzo que hice es mucho… A su niño raquítico, como la cola de un ratón… A ese niño que le mandan unturas y enterramientos, no lo maltratés más que así no le vas a quitar esa pendejada; su niño raquítico lo que tiene es debilidad, le falta calcio y ese líquido rojo que llamamos sangre… Lo empiezo a regalar: 20 pesos nada más… El aceite de Hígado de Bacalao es la solución, uno más…, otro para el señor… Por favor córranse hacia atrás. Llevo también el Palo de Arco, que tomado en bebida durante algún tiempo cura el cáncer… No debe faltar en ninguna casa el trocito de palo de Cuasia para curarse el hígado y acabar con las manchas de la piel… No esperen encontrar estos trocitos en el rajadero de leña, aserrío o bosque… que mi Dios no repite maravillas… Ojalá que cuando me haya ido no empiecen a lamentarse de la falta que les hace este palito… No vale 15, ni 10, ni 8, ¿sabés cuánto vale? Tres pesitos nada más y me da hasta pena pedirles esa miserableza… Lo que recojo en esta venta lo mando para el Putumayo… para los indiecitos.

También llevo el confortativo Salomón que da fuerza, vigor y hermoso color… Me quedan muy pocos frascos y solo valen 20 pesitos… Siéntase como el hombre del pescado a la espalda tomando esta emulsión, todo un hombre para afrontar la dura lucha en este valle de lágrimas donde todo no es color de rosa. Llevo el Palo de Guaco para evitar la mordedura de las culebras, siempre y cuando se lleve en el bolsillo un trocito del bejuco de guaco… ¡Ojo a la culebra! ¡Uno no sabe en qué momento va a salir la toche voladora, la cascabel campanita, la cuatro narices, la rabo de ají, la podridora, la pajarito o el verrugoso… con este palito he salvado a más de uno…Llévelo por solo tres pesos y en el momento de una picadura, haga sangrar en el sitio donde le clavó los colmillos, luego aplíquese un torniquete y enseguida haga una bebida con el trocito de guaco que lleva en el bolsillo, échele poca panela y tómese caliente la bebidita y ¡adiós peligro! 

2 comentarios sobre “LA LENGUA DEL CULEBRERO

  1. Felicitaciones por hacernos recorder LA sabiduria De Los culebreros. Mas De uno se tragaba el cuento, aceptando que le predijera el futuro y esperaba hasta el final para que me diera consejos De su Vida intima Como un desamor o Una enfermedad. Durabamos bastantes tiempo boquiabiertos oyendolos hablar sobre todo lo que decia. No saliamos Del asombro. Habia gente que pagaba las consultas y aceptaban todo tipo pocimas, megurges y creams.

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  2. LA VIDA ERA DULCE CON ESTOS PICANTES PERSONAJES , LA IMAGINACION,EL OPORTUNISMO,LA LABIA ,ERAN ELEMENTOS PARA GANARSE LA VIDA PUEDE DECIRSE HONRADAMENTE PUES NO SE OBLIGABA A NADIE A QUE LOS OBTUVIERA CONTRA SU VOLUNTAD.GRACIAS POR ESTE PEQUEÑO RECORRIDO A UNA EPOCA DE GRATA RECORDACION.

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