Don Manuel Pombo: excelente observador de paisajes y costumbres

Esta narración tiene que ver con un viaje que hizo don Manuel Pombo, de Medellín a Bogotá, en 1852. Salió de Medellín el 3 de febrero, llegó a Rionegro, pasó por La Ceja, Abejorral, Sonsón, Salamina y llegó a Manizales, que solo tenía tres años de fundada. Después siguió por las nevadas cumbres del Ruiz y atravesó las aldeas de El Líbano y Lérida que apenas las estaban fundando los colonos antioqueños.

Lo interesante del relato de Pombo es que muestra muy bien el paisaje, los caminos recorridos, los medios de transporte, las costumbres, la vida cotidiana, los hábitos alimenticios, la vivienda. Casi todos los pueblos que recorre son apenas aldeas, pero alcanza a entender la forma de vida de estas familias que migraron buscando mejor forma de vida; observó con detalle la producción, el comercio y la idiosincrasia.

Su diario de viaje se considera no solo una obra de valor documental y testimonial, sino que hace parte de la joven literatura de la República, por su excelente prosa y por la fluidez del lenguaje.

Pombo nació en Popayán en 1827, estudió en el colegio de San Bartolomé en Bogotá y culminó la carrera de Derecho, ejerció la profesión y colaboró en el periódico El Tiempo, que era un medio de los liberales radicales; también publicó en el periódico La Siesta, fundado por su hermano Rafael. Murió en Bogotá, en 1898, a los 71 años y sus trabajos literarios permanecieron olvidados en un baúl, hasta el año 1914 cuando su hijo Lino de Pombo decidió publicarlos con el título de Obras Inéditas de Don Manuel Pombo.

Este libro llegó a las manos de Enrique Otero D’Costa, director del Archivo Historial de Manizales, quien publicó en la revista, en el año 1919, la parte que corresponde al recorrido por tierras de Caldas en 1852.Por último, la Biblioteca V Centenario de Colcultura publicó en la colección de Viajeros por Colombia, en 1992, la obra titulada De Medellín a Bogotá,por Manuel Pombo, libro que tengo en cuenta para hacer el presente relato.