Trovando con el diablo

Riosucio, Caldas. Fotografía de María Cristina Arango Mejía.

Los trovadores o cantores populares surgieron en las fincas, en las aldeas, en las minas y entre los arrieros que manejaban recuas de mulas y bueyes, recorriendo caminos polvorientos en verano y enfrentando los difíciles tragadales en la temporada invernal, transportando la carga entre las fondas, pueblos y puertos.

Fueron tantos los poetas andariegos que simplemente se les bautizó con el nombre de Juan Pueblo. Las trovas y los trovadores se popularizaron en nuestra geografía y hoy hacen parte del patrimonio inmaterial del Paisaje Cultural Cafetero.

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