Segunda edición Manizales, la aldea, el pueblo, la ciudad

Desde mi primer contacto con Manizales cuando me vinculé como docente a la Universidad de Caldas, quedé impresionado porque era una ciudad muy particular: desparramada sobre la Cordillera Central, en medio de un espléndido paisaje, conectada visualmente con el Parque Nacional Natural de los Nevados, con un centro histórico de arquitectura republicana, pero rodeada de barrios donde predomina el “bahareque manizaleño” en las construcciones y con una inmensa catedral estilo neogótico. Además, tuvo el cable aéreo más largo del mundo y la clase dirigente trajo el Ferrocarril del Pacífico, hasta estas alturas; se atrevieron a convertirla en una ciudad de paso obligado.

Para tratar de entender por qué los colonos fundaron la aldea en estas lejanías publiqué los libros Manizales en la dinámica colonizadora 1846-1930 (1990) y La aldea encaramada. Historias de Manizales en el siglo XIX (1999). Desde mi arribo a Manizales realicé numerosas entrevistas a descendientes de fundadores, a empresarios, a líderes cívicos vinculados con la Sociedad de Mejoras Públicas y a personajes que participaron en las tertulias y centros de estudio. Analicé los documentos del Archivo Municipal y tuve acceso a varios archivos privados, lo que me permitió acopiar material para escribir otra obra sobre la ciudad.

Con esta base organicé un borrador siguiendo las etapas de colonización, fundación de la aldea, la arriería, la transformación en pueblo, la economía cafetera, los incendios y la ciudad. Después de cinco años trajinando por estos temas publiqué el documento, en abril de 2023, con el título de Manizales. La Aldea, El Pueblo, La Ciudad, una edición de 300 ejemplares que resultó pequeña porque se agotó en pocos meses. Ahora presento esta segunda edición, ampliada y corregida.

En esta obra me propongo presentar una serie de hechos que llevaron a la fundación de la aldea de Manizales en el “filo de la cordillera”, como se decía hacia 1850. Pero también intento analizar la transformación de la aldea en pueblo, después de la “invasión” de Tomás Cipriano de Mosquera en 1860 y debido a la construcción de caminos de herradura y al comercio de arriería.

Sin embargo, fueron la pequeña propiedad campesina, la finca autárquica, el cultivo del café y su ubicación geográfica, las premisas que contribuyeron a fortalecer el pueblo y a convertirlo en la comunidad más dinámica de la región. 

Con la creación del departamento de Caldas en 1905 Manizales fue conocida como la más linda perla del sur de Antioquia y a pasos acelerados asumió su vocación cafetera y comercial. En este punto tomó nuevos bríos cuando la Asamblea del Departamento, en 1911, orientó el desarrollo de la región partiendo de nuevos medios de comunicación como los cables aéreos, el ferrocarril y la navegación por los ríos Magdalena y Cauca, para bajar costos en la exportación de café y en la importación de artículos manufacturados. De este modo se dio el salto histórico de la arriería de mulas y bueyes, a las modernas vías de transporte.

El resultado fue la llamada “Edad de Oro” de Manizales que se extiende desde 1905 hasta 1925. En esta época la ciudad se convirtió en la más importante plaza comercial de esta parte del país, en sitio de paso obligado y en centro de los negocios del café, lo que le permitió desarrollar el capital bancario y crear una base industrial partiendo de las trilladoras de café.

Pero los sectores dirigentes no estaban contentos con la lenta transformación urbana porque la capital de Caldas seguía siendo un “guadual urbanizado”. Después llegaron tres pavorosos incendios que consumieron el centro histórico y obligaron a la llamada “Segunda fundación”. Manizales se llenó de recursos económicos, arribaron arquitectos, ingenieros y maestros de obra y fue surgiendo la ciudad más moderna de Colombia. Las viejas casonas de bahareque, de estilo temblorero, dieron paso a la construcción de 250 nuevos edificios en el corazón de la ciudad. De este modo surgió la llamada “arquitectura republicana”.

En esta narración se hace especial énfasis en el siglo XX, en el pueblo que se transformó en ciudad. El hilo historiográfico va tejiendo un discurso donde se relacionan aspectos como el ambiente cultural, la educación, las manifestaciones artísticas, el entretenimiento, la salud, los hechos que conmocionaron a los manizaleños, el espíritu empresarial y el panorama intelectual. Así, hasta las fronteras del siglo XXI.

El libro está disponible en las liberías Libélula, Leo libros y Ágora, en la ciudad de Manizales.

Para tener información completa escuchar audio bajo la imagen

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