LUZ MARINA ZULUAGA: MISS UNIVERSO

Esta soberana nació el 31 de octubre de 1938 en la ciudad de Pereira y a los pocos días sus padres se radicaron en la capital de Caldas. Su abuela le decía “gatica” porque de pequeña “era muy fea y flaquita”. En Manizales estudió en los colegios Los Ángeles, María Inmaculada y en La Presentación. En el año 1957 fue elegida Señorita Manizales y la Gobernación empezó a buscar una candidata que representara el departamento en el Reinado Nacional de Cartagena y, como respuesta, el diario La Patria y Transmisora Caldas, buscaron una candidata por votación popular con participación de los municipios. La elección se hizo en el Club Manizales y un jurado de Bogotá la eligió Señorita Caldas; en ese momento Luz Marina entendió que era “pispita”, según sus propias palabras.  Viajó a Cartagena con una pequeña comitiva; el gobierno departamental le dio como apoyo cinco mil pesos y la modista Margarita Gallego le confeccionó los vestidos. Dos primas la asesoraron para que siguiera usando la famosa moña; el maquillaje se reducía a la utilización de polvo, colorete y pestañina. En Cartagena despertó muchas simpatías entre los periodistas y el público, pero el jurado eligió a la antioqueña Doris Gil; en esa época no se elegían ni finalistas, ni virreina, por lo tanto, Luz Marina “no quedó de nada”.

De regreso a Manizales la ciudadanía salió a la calle y le tributó una cálida recepción. En ese momento se le consideraba una de las mujeres más bellas del país y como “el símbolo de la paz en Caldas”. En la IV Feria de Manizales, que se inició el 18 de enero, de 1958, fue coronada Su Majestad Luz Marina Zuluaga, como Reina de la Feria. 

Miss Universo

Cuando Luz Marina se encontraba descansando en su casa en Manizales, le propuso el señor Mario Barriga, delegado de la firma Max Factor, que representara a Colombia en Miss Universo, pues no había llegado a un acuerdo con la Señorita Colombia, Doris Gil, quien pensaba casarse. La respuesta de Luz Marina fue negativa, porque si no había ganado en Cartagena mucho menos en un certamen de carácter mundial. Sin embargo, terminó aceptando, aunque era consciente de sus limitaciones: recién graduada en el colegio, en una ciudad intermedia, sin experiencia en pasarelas y sin hablar inglés.

El 22 de julio llegó a Los Ángeles con su mamá, le hicieron poner un vestido típico y se fue al aeropuerto con uno de los representantes de Max Factor, para recibir a las demás candidatas. Se asustó porque todas eran altas y con excelentes cuerpos; “comenzó a sentir maripositas en el estómago”. Desde el principio sonaron las candidatas de Brasil y Colombia como favoritas, le parecía imposible pero en todo momento tuvo en cuenta los consejos de la mamá, “Bien derechita y bien simpática”. Eligieron las 15 finalistas y fue seleccionada a pesar de su pesimismo; había utilizado un vestido blanco sin tirantes, alforzado, que le habían diseñado unas costureras nariñenses en Bogotá, y pensaba que en este punto ya había cumplido con el país. Sin embargo, llegó a la final junto con las representantes de Polonia, Estados Unidos, Hawai y Brasil; ante la realidad todo le parecía un sueño.

La noche de la coronación, el 25 de julio, estaba en el vestidor, en traje de baño, esperando el fallo con las otras semifinalistas, cuando se le acercó una señora, le quitó la banda de Colombia y le puso otra que decía “Miss Universe–1958”. En dos segundos entendió la situación y dijo, recordando este momento, que “se me fueron las luces, me temblaba todo, los pies se me levantaron del piso, sentía ganas de llorar, de gritar, me dolía el estómago. Me tuvieron que sentar, me trajeron agua y me calmaron un poquito”. Salió la Miss Universo anterior, Gladys Zender, le puso la corona y una capa de armiño, para hacer el paseo como Miss Universo. “Yo sentía que caminaba por las nubes, era una sensación rarísima, como que no podía respirar; pero es que seamos sinceros, un título tan grande no lo espera nadie jamás en la vida”, decía.

Esa noche no durmió más de dos horas y la despertaron temprano porque tenía que recibir a los agentes que llegaban con propuestas y contratos. Le propusieron desde anunciar cigarrillos hasta convertirse en actriz de cine; sobre el tema dijo que “Solo tomé un contrato con Max Factor, que duraba seis meses y otro con los vestidos de baño Catalina, también de seis meses. No pensaba en ser modelo o actriz; sabía que mi mamá no me iba a dejar”.

El regreso

A dos días de la coronación le informó la Junta Militar de Colombia que no regresara al país hasta que se posesionara el nuevo presidente, doctor Alberto Lleras Camargo, para no opacar el acto ¿Cuál era la situación? El 10 mayo de 1957 había caído el régimen militar del general Gustavo Rojas Pinilla y le había sucedido la Junta Militar encabezada por el general Gabriel París. Luego llegó un período de transición y se inició el Frente Nacional; para este primer gobierno fue elegido presidente el doctor Lleras, quien iniciaba su mandato el 7 de agosto de 1958. La Reina se fue para Nueva York y esperó con paciencia; desde este lugar voló a Miami porque Avianca le tenía un avión muy bien decorado, con festones y orquídeas. El 13 de agosto partió para Barranquilla donde le hicieron una recepción espectacular; además la estaba esperando la comitiva de Caldas, encabezada por el alcalde de Manizales, Pedro Uribe Mejía. De esta ciudad la delegación se dirigió a Bogotá donde le prepararon un recibimiento multitudinario. La llevaron en desfile hasta el Hotel Tequendama; el trayecto desde el lobby hasta la suite presidencial estaba lleno de flores y en la puerta de la habitación situaron soldados del Batallón Guardia Presidencial. Cumplió con los compromisos que exigía el protocolo, hizo la visita oficial al presidente Lleras y asistió al Congreso de la República.

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