EMPRESARIOS CON OLFATO PARA LOS NEGOCIOS

Panorámica de Manizales en 1920

Haré énfasis en un grupo de personas que se hicieron a pulso, por olfato, aprovechando las oportunidades que ofrecía el medio, en una región donde la frontera del sur de Antioquia se expandía constantemente. 

Un ejemplo es Gabriel Arango Palacio; nació en Abejorral y se vino con la familia a probar fortuna en Manizales. Aprovechó las guerras civiles y se enriqueció con el comercio de cacao y sal. Cuando se enteró de las posibilidades de colonización en el Quindío, mandó a su hijo Guillermo y a su yerno Félix Arango para que se ubicaran en lotes extensos y buenos, tumbaran la selva y sembraran pasto para formar hatos ganaderos. En 1887 era la cuarta persona más rica del distrito con una fortuna de $36.500; fue hombre de empresa, alcalde de Manizales y juez municipal por varios períodos. Sin embargo, a pesar de su enorme fortuna y prestancia social era una persona muy sencilla. Sobre él se cuenta la siguiente anécdota: 

“Regresaba don Gabriel a su hogar arriando unos bueyes de carga, desde Cartago; y cuando estaba cerca a Manizales lo alcanzó un jinete de lindas polainas, sombrerito elegante y mucho pañuelo de seda al cuello, quien pensó que don Gabriel era simplemente un peón, por la forma como vestía y le preguntó cosas sin importancia para distraer el aburrimiento; después le dijo:

— Lléveme esta maleta, paisa.

— Yo no, pero la llevarán mis bueyes —respondió con un poco de malicia.

— Y ¿Qué hoteles hay en Manizales? —Le preguntó el viajero.

— Buenos.

— ¿Me indicaría uno de confianza?

— Con mucho gusto.

Al poco rato vio el forastero que traían un poderoso y lindísimo caballo para don Gabriel, quien montó y siguieron cabalgando juntos, dejando los bueyes al cuidado de los peones.

Al entrar a la ciudad, dijo el viajero al extraño guía:

— ¿Y el hotel?

— Sígame usted.

Siguieron calles adentro, llegaron a la plaza mayor y se detuvieron ante una hermosa casa. Al momento salió al encuentro un grupo de señoritas que colmaron de cariño al padre.

— Señor —dijo don Gabriel al compañero— Aquí tiene usted mi casa, donde encontrará, si no grandes comodidades, si mucha hospitalidad.

El cachaquito algo corrido, aceptó la invitación y quedó encantado de la delicadeza de aquella familia”.

Un comentario en “EMPRESARIOS CON OLFATO PARA LOS NEGOCIOS

  1. Los aportes de Albeiro Valencia Llano son de importancia capital para estudiar, comprender, investigar, escribir, difundir y enseñar la historiografía regional.

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