
¿Por qué la guadua fue la clave para construir nuestras aldeas y pueblos?
Estuvo presente en todas las etapas desde la llegada de las familias pobres, hasta la fundación de colonias, aldeas y pueblos; la Bambusa guadua es un tallo leñoso, muy resistente, por las fibras vegetales y por la forma cilíndrica; pero, además, liviana, porque es hueca y por lo tanto ligera y se puede trabajar con mucha facilidad. Cuando los conquistadores españoles llegaron a este territorio quedaron impresionados por la cantidad de bosques de guadua que había por todas partes, desde las tierras calientes cruzadas por los ríos Cauca y Magdalena hasta las cordilleras Central y Occidental, pues colonizaban alturas de 2000 metros. Esta planta arborescente crece en promedio 20 metros y a veces alcanza los 30 metros y más, con nudos cada 20 centímetros.
Sobre la presencia de la guadua en la región Quimbaya anotó el cronista Pedro Cieza de León que “Hay muy grandes y espesos cañaverales, tantos que no se puede andar por ellos sino con gran trabajo, porque toda esta provincia y sus ríos están llenos destos cañaverales. En ninguna parte de las Indias no he visto, ni oído, como haya tanta multitud como en ella”. Otros cronistas decían que los pueblos de los indios estaban metidos en medio de los bosques de guadua.
Los aborígenes la usaban para todo, empezando por la construcción de sus viviendas, pero también para la defensa y para la guerra. Sobre este aspecto escribió Fray Pedro Aguado, refiriéndose a los patangoros, que “hacían unas fortalezas, protegidas por una especie de muralla, dos hileras paralelas de guadua y en medio de ellas echaban tierra y piedras y palos; de este modo levantaban las trincheras y detrás de estas se situaban los guerreros para lanzar flechas, dardos y tiraderas”. Construían sus pueblos en las partes altas y distribuían las casas formando calles y se protegían con cercas de guadua.
De este material hacían cuchillos, lanzas y dardos, construían las atalayas para vigilar a los enemigos y en las puntas exhibían las cabezas trofeos para producir temor. Eran comunes los acueductos construidos con canoas o tubos de guadua; pero también hacían largos puentes colgantes para atravesar quebradas y ríos. Esta cultura la copiaron los españoles y la adaptaron a sus necesidades; aprendieron a hacer fortalezas de guadua para protegerse de los ataques de los aborígenes. O sea que ayudó a los españoles durante la invasión del territorio y posterior colonización, pero también a las familias pobres de Antioquia y Tolima, durante sus largas marchas para instalarse en el sur, en el llamado proceso de colonización antioqueña.
Utilizando solo la guadua se construía una casa completa: con las guaduas gruesas se hacía la estructura; se abría en esterilla y se formaban las paredes, así como el techo y el cielo raso; luego las puertas y ventanas, los corredores, el fogón, los camarotes para dormir, las bancas para sentarse en la cocina y en el corredor. Con latas de guadua se levantaba un cerco alrededor de la casa para protegerse del oso de anteojos, del jaguar y de la tatabra. En canoas de guadua se traía el agua desde el nacimiento, o la toma, hasta la cocina; con guadua cercaban la huerta para proteger las plantas medicinales y de aliño, así como la roza. Además, con latas o esterilla organizaban el gallinero para defender las aves de la comadreja. Luego, con ingenio, imaginación y paciencia, se organizaban los tarros de guadua, de diferentes tamaños, para usarlos como vasos y platos, y las vasijas para transportar el sancocho, la mazamorra y el agua de panela o “bogadera”.