
¿Qué significa el 12 de octubre de 1492?
La historiografía tradicional presentaba esta fecha como un día glorioso y se bautizó con el nombre de Día de la Raza, celebrando la llegada de Cristóbal Colón y su ejército.
Ese 12 de octubre escribió Colón en su Diario que: “A primera hora del día salimos a tierra en la barca armada. Bajamos Martín Alonso Pinzón, su hermano Vicente Yáñez y yo, con la bandera real y dos banderas de la cruz verde. Ante un grupo de nuestros tripulantes entre los que estaba el escribano de toda la armada y un puñado de gente desnuda de esta isla que se acercó a nosotros, tomé posesión de estas tierras por el Rey y la Reina, mis Señores, y la llamé San Salvador”. Estaban en la isla de Guanahaní en el archipiélago de las Bahamas, pero en realidad creían que habían arribado a la fabulosa isla de Cipango (Japón). De acuerdo con el libro de Marco Polo esperaba encontrar montañas de oro, perlas rosadas de gran tamaño, además de pimienta, jengibre, clavo de olor, nuez moscada y la canela; artículos muy útiles y codiciados en Europa, para conservar la carne.
Al día siguiente por la mañana, llegaron algunos pobladores en canoas hechas en troncos de árboles; sobre el tema escribió Colón que “traían ovillos de algodón, lanzas y papagayos que cambiaban por cualquier cosa. Yo, atento por saber si hay oro en este lugar, observé que algunos de ellos traían un pedazo colgado en la nariz. Hablando por señas pude entender que hacía el sur hay un rey que tiene el oro en grandes cantidades”. Oro era lo que necesitaba España, porque el tesoro real estaba agotado, después de la larguísima guerra cristiana contra el Islam. Y nació el mito de El Dorado, que se hizo realidad con el descubrimiento de Potosí; además, Hernán Cortés había encontrado el tesoro azteca de Moctezuma y disponían del gigantesco rescate de oro y plata que Francisco Pizarro obligó a pagar al inca Atahualpa, antes de asesinarlo. Otro mito fue el tesoro de Dabeiba, perseguido por los conquistadores del Darién, y el ritual de El Dorado narrado por Juan Rodríguez Freyle y Fray Pedro Simón, sobre la laguna de Guatavita.
Que bueno ver la Historia desde otro ángulo, el de los conquistados quienes sufrieron el desenfreno y las ansias de riqueza de los intrusos, además de obligarlos a arrodillarse ante Dioses extranjeros.
Me gustaMe gusta