
Los españoles saquearon abundantes guacas a lo largo de la depresión del Cauca, desde Popayán hasta Antioquia. Sin embargo la región más importante en guaquería fue Quindío donde los españoles desde 1540, extrajeron de las sepulturas grandes cantidades de oro; el posterior saqueo se realizó en la segunda mitad del siglo XIX.
El sistema de guaquear se expandió lentamente; los guaqueros se transmitían las experiencias hasta que la técnica se popularizó. El año de 1885 significó el verdadero auge de la guaquería que se desarrolló en forma progresiva hasta 1914. En esta euforia se descubrieron ricas guacas en Montenegro «donde sacan el oro por quintales»; la fama de estas guacas se extendió y se alteraban las cifras del oro sacado. Fue tal el entusiasmo que muchas personas que no conocían guacas ni habían cogido un recatón se fueron a guaquear.
Después de la guaquería en Montenegro una mujer le dijo a unos guaqueros que fueran a buscar guacas a tal parte, que allá se oían campanas, bandas de música, conversaciones, etc. Corrieron al punto indicado y descubrieron el pueblo de Soledad. Numerosos pueblos de indios fueron descubiertos y sus tumbas violadas, entre ellos Pueblo Tapado, Pueblo Hediondo, El Cacique, La Esmeralda, Pueblo Raspado, Matecaña, El Cántaro, Los Frenos, Sabaletas y Pueblo del Muerto.
De este modo se producía un nuevo despojo, un saqueo gigantesco de los sepulcros de los antepasados, como continuación del iniciado en el período de la conquista. Numerosos grupos de guaqueros recorrieron la región del Quindío y zonas aledañas, realizando una inmensa destrucción de yacimientos arqueológicos.
En el tema de las guacas, cada guaquero se preciaba de haber sacado la guaca más grande, aunque nunca sacara siquiera una. Esa era la conversación en las fondas de los caminos. Buen relato del profesor Albeiro
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