Animales y bichos asombrosos

Grabado tomado de América Pintoresca, Barcelona 1884

Para tener una idea de lo que significó para los españoles el nuevo mundo que estaban explorando, basta leer el libro Maravillas de la Naturaleza, escrito por el misionero franciscano fray Juan de Santa Gertrudis, quien estuvo en la Nueva Granada, en el alto Putumayo, entre los años 1756 y 1767. Este misionero nació en Palma de Mallorca e ingresó al convento de Jesús de la ciudad de Palma, viajó por algunas ciudades europeas y en 1756 salió del puerto de Cádiz y llegó a Cartagena después de 56 días de navegación. Aquí empieza el difícil y penoso periplo hasta llegar al Putumayo donde se dedicó a las tareas misionales y a fundar el pueblo de Agustinillo.Los relatos de su libro son muy variados, recoge una abigarrada variedad de temas: descripción de plantas, árboles, frutas, flores, pájaros y animales de todo tipo, noticias de las poblaciones por donde pasa, vestidos de la gente, comidas, fiestas, costumbres, ríos, minas, leyendas, fábulas y demonios. Anotó en su obra que se atrevió a recopilar las memorias sobre los once años que permaneció en estas regiones porque se lo pidieron algunos amigos y advirtió, como para curarse en salud, que “lo que digo son cosas que he visto, porque he entrado a lo interior de este nuevo mundo y he vivido entre los indios bárbaros, penetrando monte inculto y si te parecieren algunas cosas difíciles de creer, el medio de averiguarlo mejor es ir allá, para desengañarse de una vez”. (Santa Gertrudis, Juan (1956). Maravillas de la Naturaleza. Biblioteca de la Presidencia de la República, Bogotá).

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